En los últimos años hemos pasado de la inclusión entendida como acceso de grupos marginados a un nuevo paradigma sistémico de transformación educativa y social donde las diversidades se reconocen como fuente de riqueza como el pilar de la justicia educativa. 

Durante mucho tiempo, la inclusión fue entendida principalmente como la integración de colectivos y personas con necesidades particulares que deseaban participar con pleno derecho en espacios sociales e institucionales donde antes no tenían acceso debido a la existencia de barreras. Esta visión, centrada en la adaptación puntual de individuos, ha experimentado una transformación radical en las últimas décadas. Hoy, la inclusión se concibe como un proceso de transformación de los sistemas educativos, que va más allá de eliminar obstáculos y ofrecer adaptaciones, orientándose hacia la revisión profunda de políticas, prácticas, estructuras y culturas institucionales para garantizar la equidad y los derechos de todos.

Los sistemas educativos no solo deben centrarse en el acceso, sino en la participación plena y significativa de todos los estudiantes. Esto requiere diseñar políticas inclusivas basadas en evidencia, considerando qué incluir, por qué es necesario, cómo implementarlo y quiénes son los responsables, asegurando coherencia con otras acciones de gobierno y fomentando la participación activa de todos los actores educativos y sociales. La inclusión se entiende así como un principio transversal del desarrollo humano, aplicable más allá del ámbito escolar, y como un componente central de una educación de calidad y equitativa.

En la práctica educativa, este enfoque sistémico se traduce en herramientas y metodologías concretas. El Diseño Universal para el Aprendizaje es un marco ampliamente adoptado que propone ofrecer múltiples formas de representación, expresión y compromiso para responder a la diversidad de estilos de aprendizaje y capacidades. Otras estrategias incluyen la inclusión digital, que garantiza el acceso a recursos tecnológicos y plataformas de aprendizaje adaptadas; el aprendizaje cooperativo y colaborativo, que promueve la interacción entre estudiantes con diferentes experiencias y habilidades; la diferenciación pedagógica, que ajusta contenidos, ritmos y evaluaciones según necesidades individuales; y el aprendizaje basado en proyectos o problemas, que permite que los estudiantes participen activamente en la construcción de conocimiento en contextos significativos.

Asimismo, los temas y ejes de participación que podrían orientar contribuciones para un evento académico sobre educación inclusiva incluyen: políticas públicas y gobernanza inclusiva, formación y desarrollo docente, prácticas pedagógicas innovadoras, inclusión de la diversidad funcional y neurodiversidad, equidad de género y cultural, inclusión lingüística y multicultural, educación digital y tecnologías accesibles, evaluación inclusiva y participación estudiantil y comunitaria.

La educación inclusiva ha evolucionado de un modelo centrado en el acceso de grupos marginados hacia un paradigma integral de transformación educativa y social, en el que las diversidades —físicas, cognitivas, culturales, lingüísticas y sociales— se reconocen no como obstáculos, sino como fuentes de enriquecimiento y como base de la justicia educativa global.

Líneas temáticas

Invitamos a la presentación de comunicaciones, simposios y talleres que aborden la educación inclusiva desde una perspectiva amplia y sistémica, en la que la diversidad se reconoce como fuente de enriquecimiento y base de justicia educativa. Se aceptan contribuciones relacionadas con temas como: 

1. Políticas públicas y gobernanza inclusiva.
2. Diseño y evaluación de prácticas y programas educativos equitativos.
3. Formación docente para la inclusión.
4. Estrategias pedagógicas inclusivas e innovación.
5. Diseño Universal para el Aprendizaje y estrategias de personalización.
6. Experiencias, intervenciones y principios de diseño sobre inclusión digital y el uso de tecnologías accesibles.
7. Proyectos e intervenciones de inclusión de estudiantes con diversidad funcional o neurodiversidad.
8. Educación multilingüe y multicultural.
9. Prácticas de evaluación inclusiva.
10. Experiencias de participación estudiantil inclusiva y comunitaria.

El evento busca generar un espacio de diálogo que permita compartir investigaciones, experiencias y herramientas aplicables para avanzar hacia sistemas educativos más inclusivos y equitativos.